viernes, 9 de mayo

MUJERES...Y HOMBRES SOLIDARIOS

Alguien, no hace de esto mucho tiempo, me invitó a crear un blog en el que poder expresar mis opiniones.

Siempre he sido una persona muy receptiva, obediente y abierta a aceptar buenos consejos. Creo que éste es uno excelente. Así que, allá vamos.

¡Qué fácil es echarse las manos a la cabeza cuando, a través de los diferentes medios de comunicación, nos enteramos de noticias que, en la mayoría de las ocasiones, ocurren a muchísimos kilómetros de distancia! Entonces, a salvo de las críticas y las miradas hirientes, sacamos a pasear nuestra indignación y solidaridad con causas que, aun siendo justas, nos pillan más bien a contramano.

Todo cambia cuando la injusticia se produce en la puerta de al lado. Entonces, somos expertos en mirar hacia otro lado. Como mucho, y sin que nos vean, nos acercamos al doliente y le manifestamos nuestro apoyo e indignación, pero bajito porque nunca se sabe quién puede estar escuchando.

Y aunque el miedo es libre, es una paradoja que nos atenace y nos convierta en prisioneros.

Y no me sirve que no se puede hacer nada. Si esto es así, por qué, amparándonos en el anonimato de un grupo, salimos lunes, miércoles y viernes a manifestarnos con grandes pancartas a la calle?

¡Qué cansada estoy de ver sufrir a gente buena y trabajadora porque sí, sin motivo, por puro placer!

Como decía aquel sabio...siempre se van los mejores. Y yo, Ana, no quiero que te vayas.




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